Economía circular en el modelo de negocio para el desarrollo sostenible
El término «modelo de negocio» es relativamente nuevo. Anteriormente, el tema se trataba de forma marginal, pero desde principios del siglo XX y XXI, la investigación sobre este tema se ha realizado a mayor escala. Ocurrió cuando se intentó encontrar características comunes de emprendimientos que aseguraran un crecimiento permanente en el valor de la empresa.
Inicialmente, la investigación trató de definir qué son los modelos de negocio: debían ser una combinación de la estrategia de desarrollo de una empresa y una organización adecuada de procesos, conducente a la implementación de esta estrategia. Sin embargo, hoy en día se ve de una manera un poco diferente. El modelo de negocio, según Osterwalder y Pigneur, es un conjunto de decisiones estratégicas que definen cómo una organización crea, comunica y captura valor a través de actividades internas y relaciones con las partes interesadas, incluidos proveedores y clientes.
Para lograrlo, la empresa necesita una estrategia adecuada basada en la recolección de recursos transformados en una etapa posterior en un producto terminado que sea una fuente de ingresos para la empresa, y al mismo tiempo algo sobre lo que se construya la relación empresa-cliente. La esencia del sistema económico moderno es la multiplicación del capital provocada por el aumento de la masa de recursos utilizados y su circulación más rápida en el proceso de producción. La condición para el funcionamiento de dicho sistema es la absorción de nuevas áreas, la búsqueda de nuevas fuentes de energía, materias primas, recursos humanos o el estímulo del progreso tecnológico [1].
Fuente: https://unsplash.com/photos/3rNvnnO7avY
El período de industrialización global se caracterizó por una mayor eficiencia en el uso de materiales y energía. Desde principios del siglo XX, se pudo observar una disminución significativa en la intensidad energética (0,68% anual) y la intensidad material (incluso 1% anual). Sin embargo, esto no ha contribuido a una reducción del consumo.
Se observa que el crecimiento económico, considerado hasta ahora como una medida universal para resolver todas las dificultades, se está convirtiendo en la fuente de los mayores problemas del mundo. El imperativo de crecimiento está determinado por el modelo económico, que se reduce a un aumento constante del ritmo y volumen de producción y consumo. Esto conduce a una serie de consecuencias negativas, que incluyen el agotamiento de los recursos naturales, la reducción de la biodiversidad o la generación de crecientes corrientes de desechos.
El modelo lineal de crecimiento económico («tomar – usar – tirar») en el que se confiaba en el pasado ya no es adecuado para las necesidades de las sociedades modernas en un mundo globalizado. Hoy en día el modelo cada vez más popular es el modelo de economía circular, del que cada vez se publican más publicaciones, del que se habla mucho y que también se está convirtiendo en una especie de ejemplo de empresa responsable [2].
Fuente: https://unsplash.com/photos/SLIFI67jv5k
La economía circular es un tipo de economía en la que el valor de los productos, materiales y recursos se mantiene el mayor tiempo posible y la generación de residuos se reduce al mínimo. En este sentido, puede definirse como sostenible, con bajas emisiones de carbono, eficiente en el uso de los recursos y competitivo. Sus principales supuestos están enfocados a resolver el conflicto relacionado con el consumo excesivo de recursos, y el énfasis está en la reutilización, la reconstrucción constante y el uso de lo renovable. Se trata, por tanto, de una transición del llamado «de la cuna a la tumba» al llamado «de la cuna a la cuna». Se basa en cuatro principios fundamentales: reducción del producto, reutilización del producto, recuperación del producto y reciclaje del producto al final del período de uso efectivo. Por lo tanto, en la economía circular, se asumió que el valor de los materiales y la energía utilizados en los productos se mantendría a lo largo de la cadena de valor durante el tiempo óptimo, y el desperdicio resultante (si lo hubiera) es una potencial materia prima.
El concepto de economía circular se basa en el supuesto de que se trata de un ciclo de desarrollo continuo. Conserva y enriquece el capital natural, al tiempo que optimiza los retornos de materias primas y minimiza el riesgo sistémico a través de una gestión eficaz de los flujos de materiales. Lo importante aquí es garantizar las condiciones para crear más puestos de trabajo utilizando y desperdiciando menos recursos que en la actualidad. Por tanto, se cree que la transición a una economía más circular puede fomentar la competitividad y la innovación al estimular nuevos modelos de negocio y tecnologías y facilitar la innovación social.
Las premisas del concepto de economía circular aparecieron en la política y estrategia de la UE ya en el Sexto Programa de Acción Medioambiental de la Comunidad Europea. Enfatizó la importancia de las actividades que promueven la gestión racional de los recursos naturales y la gestión adecuada de los residuos, señalando la necesidad de desmaterializar la economía, aumentar la eficiencia de los recursos y reducir la cantidad de residuos generados. En Europa, la introducción de los principios de implementación de GOZ en las políticas y estrategias de la UE comenzó a partir de 2014, lo que indica claramente que el modelo económico debe adaptarse a las economías de los estados miembros. GOZ se ha descrito como una estrategia de desarrollo que permite el crecimiento económico al tiempo que optimiza el consumo de recursos, transforma profundamente las cadenas de producción y los patrones de consumo y rediseña los sistemas industriales [3].
Fuente: https://pixabay.com/pl/illustrations/recyklingu-recykling-znak%c3%b3w-odpady-1341372/
A pesar de sus muchas ventajas y su naturaleza orientada al futuro, la economía circular todavía no está en el centro de las prácticas de gestión convencionales. Es muy difícil convencer a los inversores de que el uso de este tipo de proyectos será sostenible. En la etapa actual, aún no disponemos de una base de datos de las experiencias históricas descritas que demuestren directa e incuestionablemente la efectividad de utilizar este tipo de prácticas. El hecho desalentador para los empresarios es también una serie de regulaciones administrativas que lo siguen [4].
Hasta ahora, el único factor que anima a algunas empresas a introducir una economía circular en sus operaciones es la presión ética. Las organizaciones ambientales y la creciente conciencia de las personas sobre la necesidad de cuidar el medio natural constituyen una fuerza de presión significativa que impulsa a las empresas a cambiar su modelo operativo.
Sin embargo, el modelo de evaluación económica, centrado en las tasas de rendimiento a corto plazo, sigue siendo dominante. Hace que sea difícil reemplazar la evaluación de la eficiencia económica con enfoques ecológicos y económicos más amplios.
Lo difícil que es convencer a los inversionistas para que extiendan los criterios de compromiso de capital más allá de la eficiencia económica basada en los precios actuales del mercado se evidencia en las comparaciones de los índices bursátiles, que no revelan claramente la ventaja de las valoraciones de las empresas que declaran el desarrollo sostenible en comparación con las empresas tradicionalmente orientadas al mercado. La idea de una empresa que concilie el crecimiento económico con el respeto por los valores ambientales y sociales está entrando gradualmente en la corriente principal, lo que se manifiesta por ej. nuevos modelos de negocio, incluidos los modelos de economía circular.
Una dificultad adicional que enfrentan los empresarios en este caso es la necesidad de conciliar la eficiencia económica con las limitaciones físicas derivadas del reciclaje. El concepto de economía circular es más fácil de analizar e implementar a nivel macro y meso económico cuando se trata del sistema económico en su conjunto. Tal nivel permite ampliar el cálculo económico con los costes sociales, que muchas veces están fuera del ámbito de influencia en las decisiones de la empresa. También a nivel macro y meso, cobran mayor importancia las decisiones administrativas que permitan alcanzar metas difíciles de alcanzar a través del mecanismo de mercado [5].
Fuente: https://pixabay.com/pl/illustrations/deska-strza%c5%82ki-tarcza-uwaga-zmiana-978179/
Sin embargo, el concepto de economía circular se basa en un supuesto completamente diferente. Su objetivo es el ciclo de desarrollo continuo y el enriquecimiento del capital natural, al tiempo que optimiza los retornos de materias primas y minimiza el riesgo sistémico mediante una gestión eficaz de los flujos de materiales. Hay cinco características fundamentales de la economía circular:
- Los residuos están «diseñados». Los objetivos de la economía circular incluyen la eliminación sistémica de residuos. Los materiales técnicos como polímeros, aleaciones y otros productos de la actividad humana deben diseñarse de tal manera que puedan recuperarse, restaurarse y mejorarse. Esto reducirá las entradas de energía y maximizará la retención de valor (tanto económica como en términos de recursos).
- La diversidad crea fuerza. En una economía de ecosistemas, el tamaño de los sectores individuales debe equilibrarse. Esto es similar a los cambios ambientales impulsados por la biodiversidad. Esto crea las condiciones para el desarrollo a largo plazo.
- La economía funciona con energía procedente de fuentes renovables. Dado que la economía circular busca desacoplar el uso de recursos y aumentar la resiliencia del sistema económico, la energía utilizada para impulsarlo debería, por naturaleza, ser renovable.
- El pensamiento sistémico es esencial. El mundo entero está formado por muchos sistemas. Están formados por elementos como empresas, personas, medio ambiente y naturaleza. Todos están estrechamente relacionados e interactúan entre sí. La efectividad de los cambios hacia una economía circular se determina teniendo en cuenta todas estas dependencias y las consecuencias resultantes.
- Los precios u otros mecanismos de retroalimentación reflejan los costos reales. En una economía circular, los precios actúan como indicadores. Su eficacia depende de su capacidad para reflejar todos los costes, incluidos los costes de las externalidades negativas [6].
Fuente: https://unsplash.com/photos/OTDyDgPoJ_0
Los debates sobre la economía circular se están llevando a cabo en todo el mundo, y actualmente es uno de los temas más importantes en los negocios. De hecho, el crecimiento de una empresa puede acelerarse mediante estrategias orientadas a reparar y renovar productos o reemplazarlos por servicios (creando valor adicional en los productos y servicios existentes), agregando valor a los productos mediante la introducción de cambios en el diseño o la funcionalidad (aumentando la innovación de productos y servicios) y el uso adecuado y más eficaz de los recursos, lo que conduce a la reducción de los costes operativos [7].
La transición a una economía más circular requiere cambios en todos los eslabones de la cadena de valor, desde el diseño del producto hasta nuevos modelos comerciales y de mercado, desde nuevas formas de convertir los residuos en recursos hasta un nuevo comportamiento del consumidor. Esto implica un cambio sistémico completo e innovación no solo en tecnología sino también en organización, conciencia pública, métodos de financiación y política. Se estima que la mejora del ahorro de recursos en toda la cadena de valor podría reducir la necesidad de insumos (inputs) materiales en un 17-24% para 2030, y un mejor uso de los recursos podría ahorrar a la industria europea un total de 630 000 millones de euros al año. Hay que tener en cuenta que la transición a una economía circular puede ser la mayor revolución de la economía global en 250 años y, al mismo tiempo, una oportunidad de cambios en el proceso de organización de la producción y el consumo. La clave del éxito y la ventaja competitiva sostenible en este campo es el uso «inteligente» de materiales reciclados para que las grandes inversiones de las empresas en nuevas tecnologías y soluciones no estándar traigan resultados en forma de una eliminación completa del concepto de «fin de vida del producto «a favor de un amplio uso de los residuos en diversas áreas de la empresa.
Fuente: https://unsplash.com/photos/RkIsyD_AVvc
La implementación de los supuestos de la economía circular es un proceso. Comienza definiendo la visión de la empresa. Con este fin, es necesario crear reglas generales, así como cambios en el gobierno corporativo. Además, se identifican oportunidades y metas a alcanzar.
El siguiente paso es elegir un modelo de negocio que permita la transformación hacia una economía circular. El éxito en la implementación de los supuestos de la economía circular depende de la cooperación entre los departamentos individuales de la empresa (incluidas las adquisiciones, la cadena de suministro, la producción y el marketing).
Los desafíos más importantes que enfrenta el sector empresarial se pueden dividir en grupos utilizando el esquema ReSOLVE (Regenerar, Compartir, Optimizar, Loop, Virtualizar, Intercambiar). Distingue seis áreas principales de acción para apoyar la transición a una economía circular.
- La regeneración es una acción destinada a cambiar a materiales y fuentes de energía renovables, es decir, la implementación práctica de la idea de devolver los recursos biológicos recuperados a la biosfera.
- Compartir con otros usuarios es una forma fantástica de maximizar el uso de un producto o servicio. La idea se puede implementar compartiendo recursos privados (de igual a igual) o proporcionando un grupo público de productos reutilizables (de segunda mano).
- Las actividades de optimización se centran principalmente en aumentar la eficiencia y eficacia del producto y la eliminación de residuos en el proceso de producción y la cadena de suministro. Es importante destacar que la optimización no requiere cambiar el producto o la tecnología.
- Bucle: mantener cerrados los componentes y materiales en circulación mediante, por ejemplo, la reutilización de productos, el reciclaje, la recuperación de materias primas, minimizando las pérdidas de material y energía.
- Virtualizar – es un modelo de operación que asume la provisión de una utilidad específica virtualmente en lugar de materialmente.
- Intercambio: se trata de aplicar tecnologías modernas y elegir productos y servicios modernos. Los materiales antiguos se sustituyen por nuevas tecnologías avanzadas [8].
Fuente: https://pixabay.com/pl/photos/poj%c4%99cie-cz%c5%82owiek-dokumenty-osoby-1868728/
La economía circular es un aspecto importante del proceso de modernización de la economía europea y una clave del modelo económico de reutilización de recursos. Debemos luchar por un sistema en el que el dominio principal sea la protección del medio ambiente natural para las generaciones futuras. También es importante para el desarrollo económico que todos los cambios también se introduzcan con el fin de satisfacer mejor las necesidades sociales importantes, crear nuevas relaciones sociales y, en particular, para lograr el bien común. Se trata de reciprocidad. Las oportunidades que brinda la economía circular significan que las empresas que transforman eficazmente sus modelos comerciales pueden esperar beneficios cuantificables. Sin embargo, esto conlleva una serie de desafíos. Es necesario realizar cambios profundos en muchas áreas de la actividad de la empresa para implementar las soluciones que ofrece la economía circular [9].
Los mayores desafíos incluyen: introducir modificaciones significativas en los diseños de productos o diseñarlos desde cero, implementar nuevas tecnologías (por ejemplo, impresión 3D), aumentar la eficiencia y durabilidad de los productos ofrecidos, cambiar a fuentes de energía y materiales renovables, identificación de residuos valiosos y su reutilización. Cumplir con todos ellos debe ser gradual pero completo. Sobre todo, se requiere un enfoque sistémico, centrado en las interconexiones en la organización. Los diagramas de implementación de muestra pueden ser útiles. Este proceso debe adaptarse a una empresa específica, con especial énfasis en sus características, posibilidades y limitaciones específicas, porque no existe un esquema general único de instalación del modelo de economía circular aplicable a todo tipo de empresas.